Saturday, September 06, 2014

Diario de un jodedor: ver o no ver: elogio breve del auto picón


 Ver o no ver: elogio breve del auto picón
Joaquín Ortega

“Pobre de aquel que creyó que estando casado, iba a tener cuca iba segura” Evangelio según mi padre


El humor hace que la muerte se vea más presentable, pero no hace que las balas recojan el daño que ya hicieron. Por eso dárselas de cómico las 24 horas del día solo lleva a tres destinos: que se te acabe el material; que te dejen en el piso de la fiesta con la ecuación del reguetón o el vallenato, es decir: muerte + cachucha + Nikes; o que te conviertas en una sanguijuela de los chistes

Una sanguijuela de los chistes es el típico cabeza de guevo que escucha, memoriza, graba y plagia con la ferocidad de un corroncho mutante cualquier cosa que le sirva a su “acto” o “stand up”. Esos típicos personajes roban tweets, escarban en páginas de internet extranjeras, desempolvan cadenas de Hotmail y pare usted de contar. Su único deseo es repetir la mayor cantidad de Boutades con el mínimo de esfuerzo posible. 

De esos chistositos encontramos a: los enfermos de titulares de periódico –agarran una noticia del mundo y la adjetivan con el apellido del dictador de turno de su país; los Marty McFly –los que están pegados en el pasado, pero sin posibilidad de sacarle algún provecho al futuro, son como el Capitán América y su listica, poniéndose al día con la cultura Pop, pero sin la decencia de quedarse callado como él -; los “ayayaistas” cultores del doble sentido -y posiblemente los que más proyectan al día, su peluquera de clóset- Son los que poseen tanta testosterona que requieren probarle a todos que es más macho, y de manera impertérrita,  se burla, casi que con cada respiro, del gay afeminado. Con el gay masculino no se meten tanto, porque saben que a lo mejor pierden la pelea o terminan enredados en una manga de coleo Brokeback Mountain.

Volviendo al tema de la mirada, cada quien advierte lo que le da la gana, pero casi con un giro personal, en realidad, notamos unas verdades a medias,  que termina aceptando el  bobo del cerebro, por culpa de la componenda entre prejuicios y complejos -y cuyo único fin- es el de remarcar y reafirmar fijaciones idiotas.

Al fin y al cabo, el que tenga ojos para ver, que vea y yo veo -por necio o por buzo-  culos, piernas y tetas. Las mujeres verán nalgas de tipos, bojotes, brazos… espaldas. El problema no es cuando uno nota a otro, sino cuando pilla uno su cuerpo, porque aparece en escena el gusanito de los complejos.

Sí usted es mujer, haga esto: párese  frente al espejo desnuda. Lo primerito que se va a ver es lo feo, más bien, lo que no le gusta de su cuerpo. Sí usted es hombre, por el contrario, lo más seguro es, que sí se para frente al espejo, en pelotas, lo primero que vea es lo que considera está más durito en su anatomía.  En pocas palabras, una mujer está buena pero le meterá al ojo al rollito, a la estría o a la celulitis, y sí es el turno del macho –gordo, en el chasis o fofo- observará con detenimiento ese hueso que se asemeja al del triatlonista del comercial de bebidas energéticas.

Seamos light: tú el homofóbico tipo normal, tú la homofóbica bíblica. No tienes idea de la cantidad de canciones y de música que se ha compuesto en el mundo cuyo objetivo era alguien del mismo sexo. Podrías ser un poco más abierto (a) y un poco menos tarado(a). Si no deja de silbar TODAS las canciones gay friendly mientras te empoderas de autoestima en el spinning del gimnasio.

Consultorio

P: Querido Joaquín. Soy una joven stripper que va pendiente de terminar su licenciatura en letras. Como siempre he querido romper con las vanas formas, que nos imponen en nuestras cuadradas casas de estudios, decidí conectar mi cuerpo a la palabra cada vez que me desnudo frente a rusos, chinos y compañeros de mi hermanito del colegio -que ahora son lideres comunitarios o millonarios solidarios con las causas de los oprimidos del mundo-  Así que, reemplazo la barra del pole dance por una serie de morfemas hechos de pastillaje de Splenda, que voy adhiriendo a mi cuerpo. Así, promuevo metaplasmos, efectos semánticos, sugiero cambios de condiciones funcionales alterando los acomodos gramaticales, por un sorpresivo pase de pezones por la cara y una pequeña liberación de mi liguero, frente a los rostros pasivos de los más viejitos, cada vez que hago un baile privado.  Mi problema es que ya no se cómo llamar a mi tesis, ni que más hacer con mi cuerpo en estos meses, que la universidad entrará en su merecido descanso vacacional. Tuya: Ana Karina Mari T Valeria Zombi Doll Pacheco Ces y Wolfenstein Hrastoviak. Alias @lacuerpa.

R:   Querida permutación de una canción de Arjona. Me encanta la verosimilitud con que asumes tu combinatoria de “trabajo-estudio-pole dancismo-palabra”. La última vez, que vi un proyecto tan honesto fue cuando caí por casualidad en un Behind Cameras donde Willem Dafoe se disfrazaba de Green Goblin, antes de entrar al set de Anticristo. Por eso, creo que tienes muchísimo futuro en el campo de la asistencia de tesistas estresados. Te recomiendo que tu próximo capítulo artístico se llame “pata de página”: pinta tu cuerpo como una portada de cualquier libro del Fondo de Cultura Económica y calza uno de tus piecitos con una réplica de la pata de Donald o Lucas, según te guste más Disney o Warner.  Luego baila con total naturalidad frente a tus clientes, tomando la mayor cantidad de propinas que puedas con la boca, hasta que tosas y tu performance cierre en una subiunctio que diversifique el significado y prorrumpa tipo epifonema, de manera súper nice semánticamente. Después me mandas el video. Ah, y tranquila que ociosa no vas a estar después de clases.  


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